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  20. ALIMENTACIÓN
 


ALIMENTACIÓN

El estudio es una actividad que exige un gran esfuerzo y para rendir al máximo hay que estar en buen estado de salud. Por tanto, el estudiante se tiene que cuidar y en ello juega un papel esencial una alimentación sana. La dieta debe ser equilibrada, variada. 

No se puede abusar de comida rápida, de precongelados o de comidas preparadas. Hay que tomar verdura, legumbre, fruta, leche y derivados lácteos, huevos, cereales, frutos secos, chocolate, etc.

No es recomendable para un estudiante iniciar una dieta de adelgazamiento a mitad de curso ya que le puede provocar una debilidad que le impida rendir al máximo. Tampoco es bueno tomar en exceso bebidas estimulantes (café, té, cola). Muy ocasionalmente se puede recurrir a ellas (un día de mucho trabajo que haya que prolongar por la noche), pero debe ser algo excepcional. Las horas de sueño hay que respetarlas. Es un error muy habitual el estudiar por la noche tratando de recuperar lo que no se ha hecho durante el día: en primer lugar se rinde mucho menos y además se puede entrar en un círculo vicioso (al día siguiente el cansancio impide rendir adecuadamente por lo que nuevamente habrá que recuperar por la noche). El consumo de estas bebidas se debe controlar, especialmente en épocas de examen. Producen un nivel de excitación que puede dificultar la concentración en los días previos a las pruebas, así como afectar negativamente al rendimiento durante el examen. 

Se puede tomar algún compuesto vitamínico pero siempre bajo supervisión médica. 

Además, es bueno que el estudiante practique algún deporte. El ejercicio físico, además de ayudar a mantener el cuerpo en forma, permite quemar energías, liberar estrés. Es un momento fenomenal para desconectar y refrescar la mente.